Este Halloween, La Atalaya se convirtió en un mundo de fantasía y sustos… ¡y todos se fueron a casa con una sonrisa! Nuestro túnel del terror fue el gran protagonista de la fiesta, pero la celebración fue mucho más que eso: un recorrido lleno de magia, creatividad y, por supuesto, un toque de miedo justito para que mayores y pequeños se diviertan juntos en un pasillo temático que nos llevó a través de decoraciones espectaculares, luces parpadeantes y efectos sonoros que hacían temblar de emoción. Cada rincón estaba trabajado con detalle por el equipo de La Atalaya y la colaboración de voluntarios que se sumaron al proyecto. Un recorrido para todas las edades en el que se procuró un equilibrio para que tanto niñas y niños como adolescentes y familias puedan disfrutar sin miedo excesivo.
Quien se atrevía, avanzaba; quien prefirió observar, encontró personajes divertidos y zonas de descanso para recuperar fuerzas. Y así, entre risas, sustos justos y manos entrelazadas, cerramos las puertas del túnel del terror con el corazón lleno de gratitud. Halloween en La Atalaya nos dejó una certeza: cuando mayores y pequeños trabajan codo a codo, la imaginación no tiene límites y la diversión es para todos. Gracias a cada familia, cada voluntario y cada niño que aportó su chispa. Nosotros ya estamos contando los días para la próxima aventura compartida. ¡Hasta la próxima terrorífica cita!.
